miércoles, 16 de marzo de 2011

NADIE TE REGALA NADA EN ESTA VIDA

En esta vida, todo cuesta mucho trabajo. Desde pequeños tenemos que hacernos un sitio, ya desde la guardería, luego el cole, si no eres mas bien avispada tirando a super buena estudiante, lo tienes crudo, es una lucha continua y no quiero dar la impresión de pesimista, esto para mi es realismo puro y duro.
Y no digo nada si tienes alguna minusvalía, entonces las cosas se complican mucho.
Desde que nacemos que somos puros, tenemos el disco duro del cerebro en blanco, todo el mundo que vamos a tratar empezando por nuestros padres, influyen mucho en nuestro comportamiento futuro y en nuestras opiniones.
Yo creo que algo de esto ya he comentado en algunos de mis artículos.
Yo hoy quiero enfocar el tema, sobre el mundo del trabajo. Que aunque digan que el trabajo es salud, yo digo que el trabajo es a veces una autentica tortura.
No me refiero al trabajo en si a lo físico, me refiero que la tortura en el trabajo, son las relaciones humanas, los compañeros, los jefes.
Esto es lo realmente difícil; hay un refrán español que viene al pelo que dice así: SI QUIERES VER COMO ES FULANICO, DALE UN EMPLEICO.
Yo creo que esta mas claro que el agua, las personas, se las ve, cuando tienen que compartir y cuando tienen que ser buenas personas y ceder, como debe hacer un buen compañero.
Yo he trabajado con mucha gente contratada, siendo yo fija; no sabéis lo complicado que esto puede ser.
Lo peor de esto es que no se tienen los mismos intereses.
La persona fija quiere sus deberes pero exije mucho mas sus derechos, (que por cierto ha costado mucho adquirirlos).
El contratado, está sobre todo lleno de miedos, que no le renueven el contrato, y gracias a eso está dispuesto a hacer lo que sea (aunque no sea competencia suya). Da igual, a mí, cuando había situaciones de pedirnos al equipo cosas injustas y claramente de tener mucha cara, ya la teníamos liada, las fijas contra las contratadas.
Las fijas no queríamos perder nuestros derechos y las contratadas que rebajábamos en equipo estaban dispuesta a lo que fuera. Y te decían, !es que tenemos que hacerlo porque me juego mis lentejas! Y yo, que lo comprendía, me cojía unos enfados morrocotudos porque sabia que si lo hacíamos una vez, ya la segunda iba a ser una obligan.
Y luego están los jefes, que parece que los eligen a posta. Gente nada preparada para ser jefe, dado el cargo por enchufe, y todos o casi todos, con bastante mala leche.
Ser jefe es complicado, pero yo creo que hay que prepararse, nada de ser puesto de confianza, (como se decía) de confianza ¿de quien? de una persona que lo que quería es que ese jefe le quitara a el o a ella todo el trabajo sucio.
Como decía, lo primero que hay que exigir para ser jefe, es un poco de ecuanimidad y un mucho de psicología.
Mira, yo en 35 años de trabajo, solo he tenido,una jefa inteligente.
 Decía: Si tú, a la gente, la dejas a su aire y que sea responsable, la gente responde, y cuando le pides un favor especial es incapaz de negártelo.
 Y eso es verdad, porque es muy importante sentirte reconocido en tu trabajo.
Yo, muchas veces decía cuando iba a trabajar: No me importa que haya mucho trabajo, lo saco adelante como sea seguro, lo que no soporto, es que lo de menos es el trabajo.
Te conviertes en un torero:Haber como le doy un capotazo a esta situación. Haber como le doy otro capotazo a esta otra situación.
Y eso del capote te crea un malestar grande, y llegas a un punto que ya no puedes mas; y tanto te afecta todo eso, que acabas enfermo físicamente.
De todas maneras también el trabajo tiene temporadas.
Yo, a lo largo de 35 años, que dan mucho de si, he tenido temporadas que me lo he pasado muy bien y he hecho grandes amigas.
Pero si he de ser sincera, estas alegrías puestas en una balanza, han pesado menos que los malos ratos.

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